Tuesday 11 June 2013

La lumpia que no se fumó José Vicente

-->
El juego preferido de José Vicente.

Aristóbulo Istúriz puso de moda la expresión cuando dijo que Hugo Chávez se había fumado una lumpia. No recuerdo los detalles del contexto de la expresión de Aristóbulo, pero en su momento quiso decir que Chávez había perdido la chaveta, se le habían saltado los tapones, se le había quemado un fusible. Alguien podría concluir que algo similar le pasó a José Vicente Rangel cuando en su programa de TV dominical afirmó, con esa cara de mármol frío y duro, que la opsición había adquirido 18 aviones de combate que tenía estacionados en Colombia listos para atacar a Venezuela. Lo dijo como quien dice "mañana lloverá", y tan tranquilo. Aristóbulo pudo haber dicho que José Vicente se fumó su lumpia, ó al menos un cachito bien cargado, para lanzar tal afirmación que parece delirante por lo desmesurada. Pero José Vicente sabe por qué, cuándo y cómo dice las cosas. No es cuestión de alucinógenos ni de demencia senil. El hombre apunta con tino.

Es conocido que José Vicente fue en tiempos de la democracia civil un hombre cercano a las compras de armamento. Recordemos además que fue ministro de la Defensa en el gobierno de Chávez, lo que sin duda lo puso donde había, como se dice en Venezuela. Es probable que su afición por los negocios militares haya seguido desarrollándose estos últimos años, especialmente en el marco del shopping armamentístico que Chávez puso en marcha para alegría de rusos, chinos, españoles y, sin duda, de varios oficiales venezolanos de alto rango.

Cuando José Vicente hace esta denuncia, que tiene la cara de un "falso positivo" (una olla en el lenguaje periodístico), busca crear un clima de opinión, un escenario favorable a ciertos intereses. Si José Vicente dice que la oposición se estaría armando para una guerra, entonces las compras militares del régimen robolucionario se "justificarían". En el fondo, el periodista se paga y se da el vuelto con esta "noticia" que puso a rodar. Rangel le ha servido la mesa a quienes quieren comprar y vender más pertrechos bélicos. De nuevo, como en sus mejores tiempos de la Cuarta, José Vicente demuestra cómo se juega el juego de los perros de la guerra. 

No comments:

Post a Comment